En el mes de junio, la CEPAL publicó en su formato anual el ranking que
muestra en detalle los movimientos de carga en contenedores en 120 puertos de
la región. Allí pudimos observar que tanto el Puerto de San Antonio como el de
Valparaíso quedaron fuera del top 10 de la Región. Adicionalmente, estamos a la
espera de un nuevo informe sobre el Índice de Desempeño Logístico entregado por
el Banco Mundial. Ambos informes, muy importantes para la competitividad del
país, nos muestran que debemos seguir invirtiendo y mejorando en este aspecto.
Sin duda, la planificación de la
Infraestructura de un país es un desafío que debe tomarse con la paciencia y
tranquilidad que ameritan, sin embargo, hemos asistido a una serie de
situaciones que nos ponen en duda sobre este punto. Por ejemplo, podemos citar
lo sucedido con la licitación para la expansión del Aeropuerto de Santiago,
Arturo Merino Benítez, el cual encontramos en estos días con algunas
complicaciones en su funcionamiento hacia el servicio de pasajeros, sobre todo
un alza en el tiempo en que éstos se mueven dentro del aeropuerto y en muchos
casos un colapso en los estacionamientos del mismo. Sin embargo, uno de los
principales desafíos tiene que ver con el movimiento internacional de cargas
que por allí se realiza, ya que hoy no cuenta con una infraestructura que
permita potenciarlo, sobre todo tomando en cuenta que es el principal
Aeropuerto del país para estas operaciones.
Sin dudas el crecimiento menor al
esperado de la economía en nuestro país ha bajado muchas expectativas, pero ha
generado que la industria exportadora de productos no mineros tome una
relevancia mayor, lo que pone al transporte aéreo en un lugar de mayor
relevancia incluso, ya que exportaciones como las pesqueras, fruteras o de
productos de alto valor agregado necesitan de este modo de transporte, esto
impulsa a mejorar la infraestructura aeroportuaria, sobre todo considerando que
también ha estado creciendo el número de Aerolíneas que colocan a Santiago como
un destino a visitar, lo que permite aumentar la oferta de transporte y de esa
manera bajar los costos.
De acuerdo con las estadísticas
de la Junta Aeronáutica Civil, el movimiento de cargas internacionales aéreas
en Chile creció de diciembre de 2014 a diciembre de 2015 un 5,3% medido en
Toneladas, sin embargo, al analizar la estadística anualizada, podemos observar
que entre 2014 y 2015 hubo una baja del 8,3% en la cantidad de carga
internacional transportada. Dentro de esta información, podemos observar que el
98% de la carga aérea exportada desde Chile se realizó desde el Aeropuerto de
Santiago, habiendo sólo otros 4 aeropuertos que exportan carga (Arica, Iquique,
Isla de Pascua y Punta Arenas), lo que tiene que ver más bien con sus
conexiones hacia países limítrofes que con una estrategia específica. En este
sentido, uno de los aspectos a consultarse es: ¿Cuánto costo logístico suma el
hecho de mover las cargas desde sus puntos reales de origen hasta Santiago para
su posterior exportación?, y en este sentido, ¿Estamos moviendo esa carga de
una manera eficiente?, sin dudas que cabe preguntarse si pudiera dársele una
mayor preponderancia a Aeropuertos como Carriel Sur en Concepción o al nuevo
Aeropuerto de Temuco a través de políticas de transporte para reducir el
movimiento interno de cargas antes de su exportación. Sin dudas creo que es un
análisis que vale la pena realizar.
En cuanto al movimiento de
marítimo de cabotaje, esta es una discusión que lleva ya muchísimo tiempo. La infraestructura
portuaria ha obtenido un desarrollo muy fuerte en los últimos años, sin
embargo, aquellos puertos en los que mayor movimiento de carga en TN existe
dentro del país para la carga de cabotaje requieren de una mayor inversión. El
mayor movimiento de carga de cabotaje marítimo se da en la zona sur del país,
por lo que el eje de puertos entre Puerto Montt, Puerto Chacabuco y Punta
Arenas requiere de mantener una infraestructura fuerte que permita funcionar
los 365 días del año, incluyendo dentro de este movimiento no sólo a las
cargas, sino también a lo que tiene que ver con el movimiento de vehículos para
el traslado de personas.
Sin dudas, el mayor desafío está
colocado en lo que hace referencia a la infraestructura de transporte
ferroviario. Esta infraestructura está obsoleta, sobre todo en la zona Centro
Sur, la cual es propiedad de Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE),
difiriendo con la realidad de la mayoría de las operaciones en la Zona Norte
del país, donde tanto el material rodante (Locomotoras y Carros), como la
infraestructura son privadas (FCALP, FCAB, Ferronor). De acuerdo con estudios
realizados en el país, la construcción y habilitación de un Kilómetro de
Infraestructura Ferroviaria tiene un costo de 3,8 millones de dólares, lo que
sin duda la transforma en una inversión que probablemente sólo el estado puede
realizar, sin embargo, al analizar esta inversión con respecto al costo pagado
por obras viales, y adicionarle una menor emisión de CO2 producto de la
utilización de locomotoras eléctricas, sin duda la inversión puede recuperarse
en un largo plazo. De cualquier manera, existen al día de hoy varios proyectos
de desarrollo ferroviario, sobre todo tomando en cuenta que las rutas
portuarias que se unen con la Región Metropolitana (78 y 68), ya presentan un
nivel de congestión alto a muy alto, y deben ser reforzadas con nuevas obras o
con obras que colaboren con su descongestión, como puede ser una vía férrea. Si
a estas obras de Infraestructura le agregamos mejoras en procesos, como la
posibilidad de desaduanar en origen y no en el puerto de salida, debieran
producirse ahorros relativos que apoyen a una caída del Costo Logístico en
general.
No debe dejar de prestarse
atención a la posibilidad de movilizar productos a granel vía ductos. La
experiencia de la minera Escondida sin dudas es un buen antecedente, en el
cual, tomando en cuenta la cantidad de material que debía movilizarse, la
distancia a recorrer y los costos de cada modo de transporte, se determinó que
un Ducto lograría realizar el movimiento de la carga por un costo exponencialmente
menor. Para esto se consideraron la vida útil del ducto, los montos de
inversión y la capacidad de operación del mismo, los cuales en todos los casos
eran superiores a la capacidad del transporte carretero o incluso el
ferroviario.
En definitiva, los desafíos de un
mundo mucho más competitivo, con costos bajos y tasas de rentabilidad aún más
ajustadas, nos lleva a la necesidad de analizar desde todos los puntos de vista
los proyectos de infraestructura de transportes a desarrollar en el país,
buscando trabajar con todos los modos de transporte disponibles, aplicando el
más acorde de ellos según la operación a realizar. Es muy importante que los
directivos de empresas de distribución, contratantes de servicios de transporte
puedan comenzar a analizar más de un modo de transporte al momento de definir
sus estrategias de distribución, de forma de poder obtener ventajas utilizando
cada uno de ellos de acuerdo a su necesidad, tipo de carga, cantidad a movilizar,
etc.
En la medida que la
infraestructura del país permita realizar este análisis, significará que hemos
avanzado en la conectividad dentro y fuera de nuestro territorio, lo que
debería generar mejores costos y por ende mayor competitividad para los
productos chilenos.
Gracias por la información sobre software de gestión de flota en Chile. Gracias por compartir.
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