jueves, 26 de julio de 2018


Camiones Multipropósito, las claves de su rendimiento.

Entendemos a la flexibilidad como una condición clave de cualquier red logística y de distribución de nuestros tiempos. Tener la capacidad de adaptarse a diferentes escenarios de demanda o de requerimientos de producto nos lleva a analizar profundamente qué equipos incorporar. Los camiones multipropósito nos brindan una posibilidad de flexibilizar tanto las capacidades como los tipos de carga, sin embargo, debemos continuar midiendo su rendimiento.


La oferta de camiones en el país continúa creciendo y diversificándose, lo que genera que cada vez más las empresas transportistas u operadores logísticos tengan vendedores visitándolos y ofreciéndoles más y mejores productos, incluyendo innovaciones tecnológicas o mecánicas que agregan valor a la conducción y a la eficiencia de los vehículos. En este contexto, es más complejo analizar qué vehículo debemos seleccionar para cada operación, y la opción de incorporar vehículos multipropósito es muy atractiva, considerando que se pueden adaptar a diferentes tipos de carga o volúmenes a movilizar. En este sentido, volver a las bases sobre cómo seleccionar el vehículo adecuado siempre es un sano ejercicio.

Es importante recordar siempre que lo que define qué vehículo debemos seleccionar es la carga, pero no sólo el tipo de carga, sino también la cantidad que deberemos llevar en cada viaje y la cantidad de viajes que deberemos realizar periódicamente. Posteriormente, debemos adaptar los vehículos a las condiciones de carga y descarga existentes, de manera de optimizar estos tiempos. En este sentido, el camión multipropósito es un vehículo con la capacidad para acoplar diferentes tipos de plataformas de carga, incluyendo motores de refrigeración o estanques, sistemas de carga/descarga, entre otros.
Esta capacidad les entrega una versatilidad muy interesante para cualquier empresario, especialmente pensando en el largo plazo y la capacidad de incorporar un vehículo que, a lo largo de su vida útil, podrá trabajar en diferentes faenas u operaciones, incluyendo diversas cargas.

Aspectos clave

En un orden de prioridades, lo primero que se debe tomar en cuenta al momento de incorporar uno de estos vehículos a nuestra flota son los aspectos técnicos que están vinculados con cumplimientos legales, como las restricciones de pesos por eje, potencia, medidas, entre otros. En ese sentido, se deben tomar muy en cuenta datos como el largo carrozable del vehículo, y también la tara final del vehículo una vez incorporada la plataforma de carga, y si éste dato coincide con las necesidades que tenemos en cuanto a la cantidad de producto a transportar. En este punto, es importante recordar las restricciones por número de ejes que existen en nuestro país, especialmente en la Región Metropolitana.

Las medidas del vehículo deben corresponder con las establecidas en la Ley 18.290 (Ley de Tránsito), y aunque estas medidas son ampliamente conocidas por los fabricantes de plataformas o carrocerías, nunca está demás realizar un chequeo cruzado con la legislación, especialmente antes de colocar el vehículo en operación.

Uno de los grandes aportes de algunas normas de estandarización a los procesos de las empresas de transporte es el que tiene que ver con la incorporación de nuevos vehículos. Estos procesos habitualmente son de apuro, incluso de último momento, y los tiempos de las empresas fabricantes de carrocerías no necesariamente son los nuestros. En ese sentido, la incorporación del vehículo muchas veces se realiza de manera informal, sin chequeos de calidad o de cumplimiento en cuanto a las características técnicas del equipo. Es importante incorporar a los procesos una lista de chequeo que permita analizar si el vehículo que estamos incorporando es efectivamente el que solicitamos y, antes de sacarlo a la ruta, revisar que en efecto estamos cumpliendo con la ley.

Cumplir con estos aspectos legales también nos permitirá asegurar aspectos importantes, tanto durante el viaje como durante los procesos de carga y descarga. Empezando por la estabilidad del vehículo, deberemos entender cómo cargar el equipo pensando en la correspondiente secuencia de descarga. Para esto es muy importante conocer cuáles son las opciones para descarga que el equipo tiene, incluyendo si cuenta con puertas laterales o traseras, si es un equipo con cortinas laterales completas o parciales, entre otras características. Existen equipos que cuentan con desniveles para asegurar que la carga se apoye sobre el centro del vehículo, apoyándose en la carrocería, esto permite asegurar la estabilidad del vehículo en cuanto a su centro de gravedad, sin embargo, debemos tomar en cuenta durante la carga (para la posterior descarga), si el orden de los productos sobre la plataforma asegura la capacidad de frenado y aceleración del vehículo y sí, ante una maniobra brusca, el mismo responderá de manera eficiente.

Parámetros de rendimiento

El rendimiento de un vehículo se puede medir de diferentes maneras, algunas mediciones están más relacionadas con aspectos logísticos o de distribución, y otras con rendimientos más propios del vehículo. En lo que tiene relación con los aspectos logísticos, debemos ver cómo el vehículo se adapta a nuestras rutas de distribución, incluyendo los requerimientos de demanda actuales y futuros, estirando el horizonte de análisis hasta la vida útil del vehículo de acuerdo a los estándares de servicio requeridos.

Al analizar las rutas de distribución, uno de los mejores indicadores para medir su eficiencia es el que calcula el número de unidades entregadas versus la cantidad de kilómetros recorridos. Cuánto menor sea la distancia recorrida para entregar una misma cantidad de unidades de producto, más eficiente será la ruta. En este análisis no podemos dejar de tomar en cuenta la capacidad del vehículo, ya que de esto dependerá si incluimos o no a un cliente más en la ruta o incluso si debemos generar una nueva ruta de distribución por restricciones de capacidad del vehículo.

Adicionalmente, medir la utilización de la capacidad del vehículo es un muy buen indicador para entender si el diseño inicial del mismo tiene las holguras suficientes para absorber la demanda que se incorpore en el futuro. Si al momento de definir qué tamaño de equipo incorporar, calculamos que la utilización de la capacidad en nuestras rutas de distribución supera el 70%, entonces sabemos que tendremos poca holgura para un crecimiento fuerte y sostenido en un período corto.
Este análisis siempre debe considerar la cantidad de horas de utilización del vehículo, ya que su rendimiento debe considerar las horas en que efectivamente hemos utilizado el vehículo, puesto que podríamos aumentar las horas de utilización, pero las restricciones de ventanas horarias o los costos de adicionar conductores a la operación pueden alejarnos de los objetivos de rentabilidad que estamos buscando.

En lo que tiene que ver con los aspectos propios del vehículo, debemos enfocarnos en aquellos que involucren a los mayores costos, por eso siempre partimos consultando cuál es el rendimiento Kilómetro por Litro, sin embargo, en este punto es muy importante entender que es muy diferente el consumo del vehículo en una situación de carga completa, por lo que es crítico entender cuál será el peso bruto vehicular. También es crítico comprender cómo la plataforma de carga que coloquemos sobre el vehículo afectará a la aerodinámica del mismo, sobre todo en vehículos que realizan viajes interurbanos.

Posteriormente, entender el tipo de neumáticos, su rendimiento con y sin carga, es otro aspecto importante, especialmente porque un desgaste rápido de los neumáticos afectará posteriormente al resto del rendimiento del vehículo, incluyendo su consumo de combustible, y la necesidad de reemplazar componentes del sistema de frenos o de la suspensión.

Por último, es muy interesante ver qué capacidad de entregarnos datos tiene el vehículo que estamos incorporando. Al día de hoy existen muchos proveedores de GPS que nos dan la posibilidad de conectarnos al OBD (On Board Computer) del vehículo y extraer datos sobre su rendimiento. Gestionar estos datos en línea es hoy una posibilidad para muchos talleres de nuestro país.

Finalmente, y en resumen, podemos verificar que la adquisición e incorporación de un vehículo multipropósito no debe ser tomada a la ligera, y los análisis que se deben realizar deben partir desde el mismo sistema de distribución que estamos planteando, puesto que el vehículo debe adaptarse a éste, y no a la inversa.

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