Camiones Multipropósito, las claves de su rendimiento.
Entendemos a la flexibilidad como una
condición clave de cualquier red logística y de distribución de nuestros
tiempos. Tener la capacidad de adaptarse a diferentes escenarios de demanda o
de requerimientos de producto nos lleva a analizar profundamente qué equipos
incorporar. Los camiones multipropósito nos brindan una posibilidad de
flexibilizar tanto las capacidades como los tipos de carga, sin embargo,
debemos continuar midiendo su rendimiento.
La oferta de camiones en el país
continúa creciendo y diversificándose, lo que genera que cada vez más las
empresas transportistas u operadores logísticos tengan vendedores visitándolos
y ofreciéndoles más y mejores productos, incluyendo innovaciones tecnológicas o
mecánicas que agregan valor a la conducción y a la eficiencia de los vehículos.
En este contexto, es más complejo analizar qué vehículo debemos seleccionar
para cada operación, y la opción de incorporar vehículos multipropósito es muy
atractiva, considerando que se pueden adaptar a diferentes tipos de carga o
volúmenes a movilizar. En este sentido, volver a las bases sobre cómo
seleccionar el vehículo adecuado siempre es un sano ejercicio.
Es importante recordar siempre
que lo que define qué vehículo debemos seleccionar es la carga, pero no sólo el
tipo de carga, sino también la cantidad que deberemos llevar en cada viaje y la
cantidad de viajes que deberemos realizar periódicamente. Posteriormente,
debemos adaptar los vehículos a las condiciones de carga y descarga existentes,
de manera de optimizar estos tiempos. En este sentido, el camión multipropósito
es un vehículo con la capacidad para acoplar diferentes tipos de plataformas de
carga, incluyendo motores de refrigeración o estanques, sistemas de
carga/descarga, entre otros.
Esta capacidad les entrega una
versatilidad muy interesante para cualquier empresario, especialmente pensando
en el largo plazo y la capacidad de incorporar un vehículo que, a lo largo de
su vida útil, podrá trabajar en diferentes faenas u operaciones, incluyendo
diversas cargas.
Aspectos clave
En un orden de prioridades, lo
primero que se debe tomar en cuenta al momento de incorporar uno de estos
vehículos a nuestra flota son los aspectos técnicos que están vinculados con
cumplimientos legales, como las restricciones de pesos por eje, potencia,
medidas, entre otros. En ese sentido, se deben tomar muy en cuenta datos como
el largo carrozable del vehículo, y también la tara final del vehículo una vez
incorporada la plataforma de carga, y si éste dato coincide con las necesidades
que tenemos en cuanto a la cantidad de producto a transportar. En este punto,
es importante recordar las restricciones por número de ejes que existen en
nuestro país, especialmente en la Región Metropolitana.
Las medidas del vehículo deben
corresponder con las establecidas en la Ley 18.290 (Ley de Tránsito), y aunque
estas medidas son ampliamente conocidas por los fabricantes de plataformas o
carrocerías, nunca está demás realizar un chequeo cruzado con la legislación,
especialmente antes de colocar el vehículo en operación.
Uno de los grandes aportes de
algunas normas de estandarización a los procesos de las empresas de transporte
es el que tiene que ver con la incorporación de nuevos vehículos. Estos
procesos habitualmente son de apuro, incluso de último momento, y los tiempos
de las empresas fabricantes de carrocerías no necesariamente son los nuestros.
En ese sentido, la incorporación del vehículo muchas veces se realiza de manera
informal, sin chequeos de calidad o de cumplimiento en cuanto a las características
técnicas del equipo. Es importante incorporar a los procesos una lista de
chequeo que permita analizar si el vehículo que estamos incorporando es
efectivamente el que solicitamos y, antes de sacarlo a la ruta, revisar que en
efecto estamos cumpliendo con la ley.
Cumplir con estos aspectos
legales también nos permitirá asegurar aspectos importantes, tanto durante el
viaje como durante los procesos de carga y descarga. Empezando por la
estabilidad del vehículo, deberemos entender cómo cargar el equipo pensando en
la correspondiente secuencia de descarga. Para esto es muy importante conocer
cuáles son las opciones para descarga que el equipo tiene, incluyendo si cuenta
con puertas laterales o traseras, si es un equipo con cortinas laterales
completas o parciales, entre otras características. Existen equipos que cuentan
con desniveles para asegurar que la carga se apoye sobre el centro del
vehículo, apoyándose en la carrocería, esto permite asegurar la estabilidad del
vehículo en cuanto a su centro de gravedad, sin embargo, debemos tomar en
cuenta durante la carga (para la posterior descarga), si el orden de los
productos sobre la plataforma asegura la capacidad de frenado y aceleración del
vehículo y sí, ante una maniobra brusca, el mismo responderá de manera
eficiente.
Parámetros de rendimiento
El rendimiento de un vehículo se
puede medir de diferentes maneras, algunas mediciones están más relacionadas con
aspectos logísticos o de distribución, y otras con rendimientos más propios del
vehículo. En lo que tiene relación con los aspectos logísticos, debemos ver
cómo el vehículo se adapta a nuestras rutas de distribución, incluyendo los
requerimientos de demanda actuales y futuros, estirando el horizonte de
análisis hasta la vida útil del vehículo de acuerdo a los estándares de
servicio requeridos.
Al analizar las rutas de
distribución, uno de los mejores indicadores para medir su eficiencia es el que
calcula el número de unidades entregadas versus la cantidad de kilómetros
recorridos. Cuánto menor sea la distancia recorrida para entregar una misma
cantidad de unidades de producto, más eficiente será la ruta. En este análisis
no podemos dejar de tomar en cuenta la capacidad del vehículo, ya que de esto
dependerá si incluimos o no a un cliente más en la ruta o incluso si debemos
generar una nueva ruta de distribución por restricciones de capacidad del
vehículo.
Adicionalmente, medir la
utilización de la capacidad del vehículo es un muy buen indicador para entender
si el diseño inicial del mismo tiene las holguras suficientes para absorber la
demanda que se incorpore en el futuro. Si al momento de definir qué tamaño de
equipo incorporar, calculamos que la utilización de la capacidad en nuestras
rutas de distribución supera el 70%, entonces sabemos que tendremos poca holgura
para un crecimiento fuerte y sostenido en un período corto.
Este análisis siempre debe
considerar la cantidad de horas de utilización del vehículo, ya que su
rendimiento debe considerar las horas en que efectivamente hemos utilizado el
vehículo, puesto que podríamos aumentar las horas de utilización, pero las
restricciones de ventanas horarias o los costos de adicionar conductores a la
operación pueden alejarnos de los objetivos de rentabilidad que estamos
buscando.
En lo que tiene que ver con los
aspectos propios del vehículo, debemos enfocarnos en aquellos que involucren a
los mayores costos, por eso siempre partimos consultando cuál es el rendimiento
Kilómetro por Litro, sin embargo, en este punto es muy importante entender que
es muy diferente el consumo del vehículo en una situación de carga completa,
por lo que es crítico entender cuál será el peso bruto vehicular. También es
crítico comprender cómo la plataforma de carga que coloquemos sobre el vehículo
afectará a la aerodinámica del mismo, sobre todo en vehículos que realizan
viajes interurbanos.
Posteriormente, entender el tipo
de neumáticos, su rendimiento con y sin carga, es otro aspecto importante,
especialmente porque un desgaste rápido de los neumáticos afectará
posteriormente al resto del rendimiento del vehículo, incluyendo su consumo de
combustible, y la necesidad de reemplazar componentes del sistema de frenos o
de la suspensión.
Por último, es muy interesante
ver qué capacidad de entregarnos datos tiene el vehículo que estamos incorporando.
Al día de hoy existen muchos proveedores de GPS que nos dan la posibilidad de
conectarnos al OBD (On Board Computer) del vehículo y extraer datos sobre su
rendimiento. Gestionar estos datos en línea es hoy una posibilidad para muchos
talleres de nuestro país.
Finalmente, y en resumen, podemos
verificar que la adquisición e incorporación de un vehículo multipropósito no
debe ser tomada a la ligera, y los análisis que se deben realizar deben partir
desde el mismo sistema de distribución que estamos planteando, puesto que el vehículo
debe adaptarse a éste, y no a la inversa.