Los vehículos de soporte cumplen hoy un rol muy
importante en las operaciones de transporte, desde el movimiento de personal de
apoyo, como Supervisores o Prevencionistas, hasta tener la capacidad de prestar
asistencia técnica en ruta. Cada funcionalidad requiere de características especiales
en los vehículos utilizados. Analizaremos estos diferentes tipos de vehículos
para entender la mejor utilización de cada uno de ellos.
Existen diferentes tipos de vehículos
para el soporte de operaciones de transporte en terreno, y estos diferentes
vehículos se han diseñado pensando en resolver situaciones específicas, de éste
y otro tipos de operaciones.
Las camionetas tipo pick-up, con cabina
simple o doble, es un vehículo con su zona de carga abierta, y habitualmente
con capacidad de carga de entre 1 y 2 Toneladas. Estas características las
hacen especialmente aptas para el movimiento de trabajadores o de personal de
supervisión de manera segura y confortable, pero también permiten trasladar
productos de gran tamaño, como neumáticos u otros tipos de repuestos, entre
diferentes bases de transporte o incluso hacia algún punto en la ruta donde sea
necesario acercar estos insumos.
Por otro lado, son vehículos adaptables
a diferentes tipos de terreno, sobre todo en su versión 4x4, y hoy en día ya se
comercializan versiones completamente adaptadas para su funcionamiento dentro
de faenas mineras, contando con todo el equipamiento necesario (barra
antivuelco internas y externas, pértiga, baliza y otros requerimientos). Esta
capacidad de adaptación a terrenos difíciles no les genera una falta de
adaptación a la ruta, por lo que también puede ser utilizada para realizar
seguimientos durante el viaje o controles en puntos específicos del camino, sin
embargo, si el vehículo sólo será utilizado para este tipo de tareas se
recomienda incorporar la versión 4x2 o de tracción simple, considerando los
costos de mantenimiento y el consumo del motor.
Con cada vez más confort, son también
una opción viable para el personal de áreas comerciales o de gestión de ventas,
que en algunos casos deban acudir a puntos de difícil acceso. Incluso en este caso
existen muchos usuarios de este tipo de vehículos que mencionan su diseño y
presencia como una ventaja de imagen ante potenciales clientes, sobre todo de
empresas de servicios logísticos o de transportes de carga, así como también de
productos y servicios asociados.
Como principal desventaja de este tipo
de vehículos es su incorrecta utilización, ya que en muchos casos son
incorporadas y durante toda su vida útil raramente se utilizan sus aplicaciones
de doble tracción o de suspensión reforzada. Se debe tomar en cuenta que para aplicaciones
específicas de ruta o incluso de trabajo urbano, existen otros formatos de
vehículos que pueden ser mucho más convenientes, sobre todo en cuanto a sus
costos de mantenimiento y, al mismo tiempo, en el rendimiento diario de
combustible. El análisis sobre el vehículo a adquirir no debe estar únicamente
relacionado con la presencia o la máxima capacidad del vehículo, sino sobre
aquellos usos que efectivamente le daremos al mismo a lo largo de toda su vida
útil. También es importante estar seguro de que los usuarios de éste tipo de
vehículos se encuentran debidamente capacitados para su conducción, incluyendo
aspectos como el control de suspensión trasera sin carga o el manejo de la
doble tracción. De no estar correctamente capacitados, accidentes o daños al
vehículo pueden suceder con facilidad.
Los vehículos de tipo furgón han sido,
en los últimos 20 a 30 años, uno de los grandes éxitos de las automotrices a
nivel mundial. Su versatilidad le permite prestar servicios en distintos tipos
de operaciones o faenas.
Su principal aplicación tiene que ver,
en operaciones de transporte, con actividades de asistencia en ruta o incluso
de movimiento de trabajadores y equipos entre diferentes lugares de operación.
Especialmente, para el movimiento de algunos equipos que pueden ser de alto
valor y que no queremos que queden expuestos en un pick-up, ya sea de un camión
o de una camioneta, pues quedarían comprometidos a condiciones de clima
adversas o incluso a hurtos. En ese sentido, este tipo de vehículos permite la
protección de estos productos al ser transportados en un espacio cerrado.
Adicionalmente, éste tipo de vehículos
permite generar, en su furgón de carga, configuraciones especiales para el
movimiento de insumos o herramientas necesarias para la realización de los
trabajos del personal que los utilice, como repisas internas o compartimentos
aislados para documentación. En este sentido, genera una gran utilidad para
personal de asistencia en ruta y, dependiendo del tipo de vehículos a atender,
se pueden utilizar furgones de asistencia de mayor o menor tamaño. También es
fuertemente utilizado en operaciones de distribución de productos de tipo
paquetería, (de pequeño tamaño), tomando en cuenta su capacidad de adaptarse al
tránsito urbano.
El motor de este tipo de vehículos
permite un mayor ahorro en el consumo de combustible, puesto que son vehículos
menores y que, adicionalmente, no cuentan con funcionalidades como la doble
tracción o suspensión adaptada a terrenos difíciles, sino que son vehículos
pensados para su utilización en rutas pavimentadas o sin mayor
accidentabilidad, o de preferencia para su uso en sectores urbanos, dónde
presentan su mejor rendimiento.
También alguna de las presentaciones de
este tipo de vehículos permite el traslado de pasajeros, incluso hasta con 5
asientos y un confort mínimo para transportarlos en viajes cortos. Esto permite
contar con una zona de carga cerrada y con otra zona de pasajeros.
Habitualmente, la zona de pasajeros es removible, permitiendo establecer una
mayor capacidad y dándole versatilidad al vehículo.
Finalmente, consideremos las opciones de
adquisición del vehículo. En el caso en que cualquiera de los vehículos
anteriormente comentados, vaya a tener un bajo o esporádico nivel de
utilización, o que la empresa adquiriente del vehículo no tenga la capacidad de
realizar su mantenimiento de una manera óptima, la mejor opción es el Leasing
Operativo, delegando en el operador del leasing todos los aspectos de
mantenimiento y garantía del vehículo. Si bien este tipo de leasing no permite
la adquisición del vehículo al finalizar el contrato del mismo, si asegura por
completo la disponibilidad del vehículo, entregando los aspectos técnicos de
cuidado y reparación del mismo a empresas especializadas en ello. Este tipo de
financiamiento permite evitar la carga financiera para la empresa, rebajar
rápidamente el costo del vehículo en caso de que se requiera por dificultades
del negocio y, por sobre todo, asegurar la disponibilidad del vehículo.
Para el caso de empresas de transporte o
de operaciones logísticas en general, es habitual que cuenten con servicios de
mantenimiento interno que le permiten asegurar un buen costo del mismo, a su
vez, la incorporación del vehículo no está atado necesariamente a un negocio en
particular, sino a una serie de operaciones diferentes que es necesario
abarcar. Para este tipo de situaciones, el financiamiento a través del leasing
financiero es una ventaja considerando que el vehículo puede ser adquirido al
final del contrato de arrendamiento, utilizando su valor residual para la
adquisición de un nuevo vehículo de soporte.
Finalmente, la compra directa sólo se recomienda
cuando se cuenta con un flujo de dinero en efectivo que, en caso de depósito o
inversión, asegure un rendimiento menor a la tasa de interés del leasing u otro
método de financiamiento, sin embargo, considerando las tasas actuales de
interés, es poco atractivo.
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