En estos días hemos podido observar como la
Industria Minera sigue perdiendo lugar dentro del Producto Interno Bruto (PIB)
del país. Con ello también van cambiando los requerimientos de transporte en
nuestra Industria Nacional, y comenzamos a ver que dónde antes se requería
seguridad, hoy se comienza a requerir relación con el cliente, uso de
tecnologías y preocupación medioambiental.
Los últimos dos años no han sido
exactamente de buenas noticias en la Industria Minera, en la cual hemos podido
observar una caída en el valor de la libra de cobre con respecto a los altos
valores a los que veníamos acostumbrados. Esto ha generado que esta Industria,
tan importante para nuestro país, deba reacomodar sus operaciones, incluyendo
sobre todo sus costos. Esta nueva realidad ha generado que el mercado de
transporte deba reacomodar sus prioridades, buscando nuevos desarrollos en una
Industria que día a día se vuelve más competitiva.
Al observar el desarrollo de la Cadena
de Suministro como un todo, se observa cada vez más la necesidad de entregar, a
través de sus distintas etapas, un valor agregado a los clientes, ya sean estos
los generadores de carga, intermediarios en el Canal de Distribución o los
consumidores finales. Este desafío se encuentra más vigente que nunca con los
cambios mencionados en la Industria Minera.
El mercado del transporte en Chile nos
trae constantemente en el último tiempo empresas que “bajan” del Norte del
país, para intentar adaptarse a nuevas industrias que se desarrollan en la
Región Metropolitana como el Retail, el mercado vitivinícola o el “puerta a
puerta”.
En este sentido, se observa cada vez más
la necesidad de trabajar con un perfil de conductor completamente diferente al
que acostumbraban las empresas transportistas, ya que no sólo cambia las
mercancías que éstos deben transportar y manipular, sino que también cambian la
geografía en la que se desempeñan, el tipo de vehículo y las personas con las
que les toca relacionarse, incluyendo a los clientes finales en algunos casos.
Esta adaptación del conductor debe
realizarse con un período de tiempo que permita el conocimiento o
acostumbramiento de los aspectos básicos de la conducción (conocer las calles,
el tráfico, las velocidades, etc.), para posteriormente trabajar sobre aspectos
más específicos de la operación.
En este último punto es donde nos
enfocaremos hoy, comencemos por la manipulación de la carga. Es muy normal que
los conductores que trabajan en operaciones mineras no estén acostumbrados a
manipular carga, sobre todo cuando hablamos de carga tecnológica, que puede
sufrir fuertes daños en caso de mala manipulación. Esto nos obliga a capacitar
al conductor en el reconocimiento de aspectos básicos de un embalaje, como los
pictogramas que vienen impresos en una caja e indican hacia qué lado debe ir
almacenada la unidad, o si ésta es frágil o de otro tipo. También el conductor
debe reconocer las condiciones en la que la mercancía puede permanecer
almacenada, de manera de interactuar con la persona que realiza la recepción de
la misma y aconsejarlo sobre su correcto almacenamiento.
Una vez revisado este aspecto, se debe
trabajar en cuanto al relacionamiento del conductor con el personal de los
puntos de carga y descarga. Es conocido el hecho de que los tiempos son
completamente diferentes en un punto de carga industrial que cuando trabajamos
con un Centro de Distribución que puede cargar productos de diferentes
generadores de carga, por lo cual sus tiempos serán muy diferentes, incluyendo
largos tiempos de espera o requiriendo de su participación en los procesos de
carga y estiba de la mercancía sobre el vehículo. En este sentido es deseable
que el conductor pueda entregar su opinión, en el caso en que ya tenga experiencia
en una ruta de reparto, sobre cómo debe ser cargado el vehículo para que éste
no pierda estabilidad luego de ser descargado parcialmente.
En cuanto a los puntos de descarga, es
muy importante que el conductor no sólo logre entregar el producto, sino que,
además, dependiendo del tipo de lugar de entrega, pueda realizar algunas
gestiones adicionales. Si el lugar de entrega corresponde a un punto de venta,
es importante que el conductor pueda realizar una pequeña lista de chequeo,
dónde pueda indicar si los tiempos de descarga fueron los deseados, y en el
caso de existir retrasos pueda informar cuáles fueron los motivos. Para esto es
deseable que el conductor no trabaje con lápiz y papel, sino que lo pueda hacer
a través de una herramienta tecnológica como puede ser un teléfono inteligente
o una tableta conectada a internet. En caso de que el lugar de entrega
corresponda a un domicilio particular (sobre todo en operaciones de
e-commerce), el conductor podrá, en algunos casos, explicar al cliente cómo es
la correcta utilización del producto, o incluso, cuál es el procedimiento para
generar un reclamo en caso de que el producto presente alguna deficiencia.
Este relacionamiento con el cliente
exige un trabajo fuerte sobre un conductor que está acostumbrado a un rubro
diferente, con aspectos industriales y con poca participación de personas
ajenas al proceso de trabajo. Debemos pensar en cómo reaccionará este conductor
al momento de encontrarse con un gran número de guías de despacho para
entregar, la situación de subir y bajar constantemente del vehículo, transitar
en condiciones de velocidad muy lentas y adicionalmente relacionarse con
personas que simplemente son consumidores finales, los cuales en muchos casos
sólo tendrán relación con la empresa que les vende el producto a través del
conductor.
Todos estos puntos deben derivar en un
proceso de adaptación del conductor a su nuevo medioambiente de trabajo,
incluyendo, por supuesto, los desafíos de productividad a los que se verá
enfrentado en una operación de distribución, los cuales pueden afectar su
salario. Este proceso de adaptación debe aprovechar las condiciones que el
conductor trae de origen, como su preocupación por la seguridad y el respeto a
estos procesos, en los que seguramente fue formado durante su experiencia en la
Industria Minera. Este aprendizaje debe tomar estos conocimientos como base y
trabajar sobre ellos, haciendo énfasis en el hecho de que la existencia de los
nuevos procesos de relacionamiento con el cliente o distribución en diferentes puntos
de entrega no son contrarios a lo que ya conoce, sino que más bien son
complementarios, y que el hecho de capacitarse y aprender sobre estos nuevos
procedimientos no hace más que ampliar sus posibilidades profesionales en el
largo plazo.
Sin dudas es un desafío importante,
muchos conductores hoy están buscando nuevos horizontes de trabajo, tomando en
cuenta la coyuntura actual en la Industria Minera, y en algunos casos se niegan
a trabajar en operaciones diferentes simplemente por el hecho de no conocerlas
o no sentirse preparados para desempeñarse en ellas. La posibilidad más fuerte
de generar ventajas competitivas para una empresa de transportes está en el
trabajo de capacitación y desarrollo de sus conductores, ya que otros aspectos
como la tecnología o los nuevos vehículos están disponibles para todos.
Este desafío se encuentra vigente hoy en
nuestra industria, y más que nunca en el último tiempo. En definitiva, como
siempre en el transporte, el que gestione mejor, tendrá más posibilidades.
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