La actualidad del Transporte Ferroviario de Cargas en Chile muestra a
un sector que intenta crecer a pesar de un fuerte déficit en aspectos
estructurales. Las características naturales de este monstruo dormido nos
obligan a buscar formatos que permitan su desarrollo en el mediano y largo
plazo, tomando en cuenta aspectos como la emisión de gases de efecto
invernadero, el consumo de combustible, el mantenimiento y congestión de
nuestras principales rutas y el constante aumento en la generación de carga,
que nos plantean desafíos a futuro para la optimización de nuestros recursos
logísticos.
Al momento de realizar un
análisis de la realidad actual del Transporte Ferroviario en nuestro país, de
inmediato encontramos una baja participación en el movimiento de cargas con la
cual este sistema aporta al transporte en Chile. Con un 7% de participación a nivel país, su nivel comparativo con
nuestros países vecinos es bajo, tomando en cuenta el 16% de movimiento de
carga ferroviaria en Argentina y el 25% en Brasil, donde este sistema de
transporte presenta una alta relevancia, sobre todo relacionada con las
principales industrias exportadoras en aquellos países. Si la comparación la
realizamos con países desarrollados, como Estados Unidos (43%) o Canadá (46%),
las diferencias son aún mayores.
Esta realidad se presenta dentro
de un sistema operativo con una alta participación del estado. De acuerdo con
la CEPAL, el Ferrocarril en Chile cuenta hoy con una extensión de 4.636
Kilómetros divididos entre aquellos de uso público, los administrados por el
Estado, y los ferrocarriles privados de servicio dedicados principalmente al
transporte de insumos y productos mineros en la Zona Norte del País. De este
total, los dos ejes principales son el de Empresa de Ferrocarriles del Estado,
EFE, que cuenta con 1.254 kilómetros de extensión, y el del Ferrocarril del
Norte, FERRONOR, que cuenta con 1.867 Kilómetros.
En el caso de la infraestructura
de EFE, aquí participan principalmente dos operadores: Ferrocarril del Pacífico
(FEPASA) y la Empresa Transap, entre los cuales FEPASA cuenta con una gran
ventaja en cuanto a participación de mercado. Ambos operadores son controlados
por EFE, a través de su Centro de Control en Estación Central, el que trabaja
asignando itinerarios semestrales de uso de vía, los cuales deben ser
respetados por ambas empresas, de forma de trabajar coordinadamente y no
interrumpir el tránsito de los trenes de pasajeros, los cuales funcionan en la
misma infraestructura. Para esto EFE entrega a cada Tren que se mueve una
Autorización de Uso de Vía (AUV), la cual es solicitada por el Jefe de Tren,
quién es el personal encargado de movilizar la carga por la vía en conjunto con
el Maquinista.
Como podemos ver en este
análisis, la principal problemática tiene que ver con una infraestructura muy
escasa, sobre todo si la comparamos con la infraestructura vial, la cual en
todo el país asciende a más de 19.000 Kilómetros, tomando en cuenta sólo los
caminos pavimentados. Pero adicionalmente a esta falta de infraestructura,
tenemos que sumarle las malas condiciones en las cuales se encuentra la misma
al día de hoy.
Cuando realizamos un recorrido en
la línea principal de EFE desde la V Región a Santiago, o desde Santiago al sur,
encontramos una serie de restricciones que tienen que ver con el peso máximo a
transportar, las velocidades máximas de circulación y la extensión de los
trenes. Todas estas restricciones están relacionadas con las fallas en la
infraestructura presente. Así es como nos encontramos con trenes con un largo
máximo permitido de 800 metros, sectores con velocidades máximas de 10
Kilómetros por hora y locomotoras readaptadas a Chile con menor potencia de
arrastre para no sobrepasar los límites de peso. Sumémosle a esto un Sistema de
Movilización completamente manual, en el cual el personal del tren debe
accionar manualmente los desvíos de vía, además de otras operaciones.
Principales Desafíos.
El desarrollo de la Industria
Ferroviaria en el País depende en gran parte de lo que pueda y quiera hacer el
Estado en esta materia, ya que el nivel de inversión es demasiado alto para ser
llevado adelante por un Operador Privado. Por esta razón, el principal desafío
al día de hoy es trabajar con la infraestructura existente. Ejemplos como la
operación de movimiento de basura, desde la planta de transferencia ubicada en
la comuna de Quilicura hasta el Relleno Sanitario en Til Til, el cual
transporta más de 10.000 Toneladas de desechos diariamente, nos dan la pauta de
que se puede seguir haciendo más con lo que hoy tenemos.
Sin embargo, para lograr esto es sumamente necesaria una apertura de
parte del mercado ferroviario y sus operadores hacia el resto del mercado
logístico, con el objetivo de generar un proceso de intermodalidad que
permita una complementación entre el modo de transporte carretero y el
ferroviario, además de la inclusión de este modo de transporte dentro de los
planes de desarrollo de la industria del Almacenamiento y Bodegaje en el país.
Esta apertura permitirá la generación de canales de desarrollo que establezcan
sistemas de transporte desde los centros de producción hacia los puertos de
exportación y por otro lado, desde los puertos de importación hacia los centros
de consumo.
Estos canales de desarrollo deben
permitir también la transferencia de tecnología y conocimiento en la gestión de
operaciones de parte de las empresas de transporte carretero hacia las de
transporte ferroviario, lo que permitirá la incorporación de tecnologías de
gestión logística de bajo costo que colaboren con que los operadores de
transporte ferroviario puedan trabajar con cargas parcializadas o pequeñas,
entregando niveles de servicio y atención a clientes del mismo o mejor nivel
que los que entregan actualmente los operadores de transporte carretero, u
operadores logísticos integrados. Hasta el día de hoy, casi la totalidad de las
operaciones de transporte ferroviarias tienen relación con cargas a granel
generadas por las industrias que mayor cantidad de carga entregan en el país,
como las Celulosas, Mineras, Cementeras o Agropecuarias; sin embargo, el
transporte ferroviario no logrará
aumentar su nivel de participación si no comienza a absorber carga
mediana o pequeña, gestionándola en conjunto con otros operadores del sector
logístico del país.
También es importante el
desarrollo de patios intermodales de carga en los centros de consumo del país,
de forma que la transferencia de carga desde el transporte ferroviario al
transporte carretero se pueda realizar rápidamente, permitiendo allí mismo la
desconsolidación de la carga para que esta se dirija directamente a los puntos
de venta o consumo.
Su aporte es necesario.
En muchos casos, realizar una
comparación entre el Transporte Ferroviario con el Transporte Carretero puede
representar una obviedad, sin embargo, es necesario contextualizarla para
entender su importancia.
El fuerte estrés que sufre la
infraestructura vial que conecta a la V Región con Santiago en los fines de
semana estivales, más el alto costo de mantenimiento que toda la
infraestructura vial del país tiene durante todo el año y la congestión
constante que se genera en los accesos a los puertos, nos dan la pauta de que
cada vez es más necesario quitarle flujo de tránsito a las mismas. En este contexto,
la posibilidad de transportar la carga equivalente a 45 camiones en un solo
tren se vuelve tremendamente atractiva. Agreguemos a esto el ahorro en consumo
de combustible y la disminución en emisiones de gases de efecto invernadero
para que nos terminemos de convencer.
El futuro nos entrega un mercado
automotriz en crecimiento constante, una población con cada vez mayor
accesibilidad a los productos de consumo masivo, lo cual genera un comercio
internacional en crecimiento constante que conlleva un movimiento de carga cada
vez mayor. El objetivo de desarrollo a gran escala de este modo de transporte
tiene que estar puesto en el mediano y largo plazo, sin embargo, la tarea
comienza en estos días gestionando su actualidad.
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