La seguridad en ruta para las operaciones de
transporte, abarca una serie de procesos de trabajo que van más allá de la
salida del vehículo al tránsito. El trabajo con los conductores, vehículos,
jornadas y turnos de trabajo, Planes de Seguridad, Organización y Servicio al
Cliente influyen sobre la situación de seguridad en la ruta. En esta columna
revisaremos como y de qué manera lo hacen.
Aquellos que trabajamos en el ambiente
del Transporte Carretero de Carga (TCC), sabemos que al momento de analizar un
accidente, sobre todo cuando lamentablemente ha habido personas heridas,
encontramos muchas situaciones que podrían ser trabajadas de mejor manera, y
nos lamentamos por no haberlas analizado y gestionado de mejor manera. La
salida de un vehículo de carga a la ruta a realizar un viaje transportando
carga, es la finalización de un proceso de trabajo que debe permitir ejecutar
el viaje de la mejor manera posible. Ese proceso de trabajo lleva varias etapas
y se debe trabajar sobre cada una de ellas.
La gestión del Conductor Profesional es
sin duda una de las más importantes, ya que es éste la única persona
involucrada directamente en la ejecución del viaje como tal, por lo que su
preparación y disposición a realizar el mismo de la mejor manera posible es
crítica. La gestión del Conductor Profesional comienza desde el proceso de
Selección y Reclutamiento por parte de la empresa transportista o de
distribución, ya que este proceso debe contar con procedimientos claros y los
filtros necesarios para que el Conductor que ingrese a la operación cuente con
todas las competencias necesarias, además de la experiencia requerida. Sin
embargo, el proceso de Selección y Reclutamiento es sólo el inicio, posteriormente
se debe trabajar en la capacitación constante del Conductor, haciendo énfasis
sobre los sistemas y procedimientos de Seguridad con que cuenta la empresa, y
asegurando que el Conductor cumpla a la perfección con su principal función:
conducir. El conductor debe conocer su máquina, operarla de manera correcta y
tener la capacidad de informar cuando existe algún componente del vehículo que
esté fallando. La gestión del Conductor debe ser constante, se le deben
entregar Informes de Gestión y reforzar la capacitación sobre sus vicios y
virtudes al momento de conducir, enfocándose en la seguridad además del
rendimiento operacional.
Junto con el Conductor Profesional, el
otro punto clave al momento de gestionar la seguridad en ruta es el estado del
vehículo. En ese sentido se hace necesario mantener registros sobre el estado
del mismo, abarcando su estado documental como su estado operativo. Tener la
capacidad de seleccionar el vehículo adecuado para cada operación, asegurando
los requerimientos mínimos de operación junto con los Planes de Mantenimiento
Preventivo deben ser parte del Sistema de Gestión de la empresa. Finalmente, y
en un aspecto más de urgencia y que debemos buscar evitar siempre, deben
existir Planes de Contingencia para detenciones en ruta, más allá de la gestión
de un accidente, debe existir siempre un Plan de Contingencia para fallas
mecánicas, buscando tener siempre opciones de rápida recuperación de la
operatividad del vehículo.
Como ya lo hemos mencionado en otra
columna, la gestión del Plan de Viaje es uno de los pilares de la Seguridad en
Ruta. El Plan de Viaje debe entregarle al conductor información clara sobre las
rutas a utilizar, los lugares de descanso habilitados y aquellos no habilitados,
los promedios de velocidad y tiempos aproximados a demorar en cada tramo de la
ruta, de acuerdo con el tipo de infraestructura a utilizar (Autopista, Ruta,
Caminos, Calles, etc.). La correcta planificación del viaje permitirá que el
mismo se realice de una manera más fluida, ya que el conductor conocerá con
anticipación la ruta a utilizar y se le podrá realizar énfasis sobre aquellos
tramos o puntos de la ruta que presentan mayor riesgo para la seguridad.
Adicionalmente, el plan de viaje colabora con la planificación de la jornada de
trabajo, asegurando que la Jornada se cumpla de acuerdo con la ley vigente.
Deben agregarse a esta planificación Sistemas de Gestión que entreguen
información sobre modificaciones al Plan de Viaje, ojalá en tiempo real.
El Área de Salud, Seguridad y Medio
Ambiente (SSMA) es importante en cualquier empresa, pero cuando hablamos de
Operaciones de Transporte su importancia se hace aún más fuerte. La gestión de
Seguridad tiene que ver no sólo con aspectos documentales o de cumplimiento de
la ley, sino también con la gestión de cómo se opera. Un Conductor Profesional
que opera su vehículo siguiendo las técnicas de manejo defensivo asegura un
mejor rendimiento del vehículo, tanto en cuanto a su rendimiento Kilómetro por
Litro de Combustible, como en los requerimientos de mantenimiento, ya que
colabora con una conducción más suave y prudente. Para esto debemos trabajar
sobre aspectos que permitan que el conductor opere su máquina tranquilo,
entregándole la confianza y el entrenamiento necesarios para que realice sus
descansos de manera óptima, brindándole espacios sobre la ruta para su correcta
alimentación y asegurando la disponibilidad de los insumos necesarios para
realizar el viaje, tanto desde los Elementos de Protección Personal como la
disponibilidad de Combustible.
La Organización de la Empresa debe
apoyar a la gestión de la Seguridad en Ruta, entregándole un soporte permanente
al conductor. La mejor manera de realizar esto es brindándole soporte
constante, o al menos abarcando los horarios durante los cuales los vehículos
se encuentran en ruta. Este soporte tiene que contar de tres patas: Supervisión
Operativa, Supervisión de SSMA y Supervisión de Gestión; por lo cual toda
organización de transportes de carga debe estar apoyada por un Supervisor de
Operaciones que tenga la capacidad de gestionar en terreno, junto con un
Prevencionista de Riesgos que esté disponible para analizar posibles
contingencias y colaborar con cambios en los planes de viaje o de seguridad en
ruta. Por último, siempre es óptimo contar con un soporte telefónico que pueda
apoyar al conductor con cualquier necesidad simple o rápida del operador en la
ruta; además de estar atentos remotamente a la realización del viaje en los
tiempos y condiciones establecidos, para lo cual las organizaciones deben contar
con un sistema de monitoreo de flota o Centro de Control de Operaciones.
Los clientes también pueden colaborar
con la mejor gestión sobre la seguridad en ruta, ya que son aquellos que
permiten que la descarga se realice en tiempo y forma, asegurando todas las
condiciones para la descarga: el espacio para que el vehículo ingrese al lugar
de descarga, tener la capacidad de recepción necesaria para el pedido que se
está entregando, contar con personal autorizado para recibir la entrega y
mantener comunicación constante con la empresa transportista, ya sea
directamente con la empresa mandante o con el encargado de la distribución. En
este punto es importante declarar que esta comunicación se debe realizar sin la
intervención del conductor. Es muy habitual que conductor y cliente
intercambien datos telefónicos con el objetivo sano de mantenerse comunicados
durante las entregas, sin embargo, esta situación muchas veces termina
generando presiones sobre los tiempos y la performance del conductor, generando
que éste conduzca de manera inadecuada, sólo para poder cumplir con las
expectativas del cliente; Debemos evitar esto entregándole al cliente
información, como la ubicación del vehículo en nuestro GPS, o la capacidad de
comunicarse directamente con los encargados de la operación de transporte.
También se debe mantener comunicación con el cliente, ojalá de manera
automatizada, para informarle nuestro horario de salida y nuestro ETA (Tiempo
Estimado de Arribo), de forma de que el mismo esté preparado para recibir
nuestro vehículo.
Finalmente está el aspecto financiero,
el cual tiene muchísima relevancia tomando en cuenta la necesidad de liquidez
que exigen las operaciones de transporte en nuestro país. Es muy habitual que
un conductor que realiza un viaje de larga distancia deba contar con una suma
de efectivo importante para el mismo, considerando la necesidad de cancelar
peajes, alimentación, hospedaje y otros gastos que surgen de imprevistos. En
este sentido, todo lo que se pueda realizar para evitar que el conductor deba
utilizar efectivo o incluso deba preocuparse de cancelar los gastos generados
por la operación, es sano y positivo. Debemos tener la capacidad de gestionar
el dinero necesario para la operación lo más centralizada posible, en este
sentido en la Región Metropolitana ya contamos con peajes automatizados por
completo, y se está trabajando en avanzar con el sistema TAG en algunas de las
autopistas interurbanas, ese proceso debe continuar avanzando. La gestión del
gasto de combustibles a través de Tarjetas de las Distribuidoras de Combustible
también colabora con este aspecto. Finalmente, se debe trabajar en convenios
con empresas de alimentación y hospedaje, con talleres de reparación, como
vulcanizaciones (de lo más habitual durante un viaje es la rotura de algún
neumático) y otros tipos de talleres. Todas estas gestiones colaborarán con que
el conductor no deba llevar una suma importante de dinero en sus manos y sobre
todo, que no deba preocuparse sobre si cuenta con los recursos o insumos para
realizarlo de manera óptima.
En resumen, podemos observar que la
Seguridad en la Ruta no comienza cuando el vehículo sale al camino, sino que es
un proceso que comienza con mucha anticipación y que tiene que ver con sistemas
de trabajo generales dentro de la Empresa de Transporte o Distribución.
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